domingo, 4 de septiembre de 2011


Hola, me llamo Xavi, Mónica me prestó su blog para contarles un poco de mi.
Ella tenía la intención de escribir un post titulado "Oda a Xavi" y lo tenía guardado en las entradas no publicadas pero cuando me lo mostró le dije que no era necesario hacerme un homenaje, que me parecía más correcto escribir yo, en carne propia, mis experiencias como parte de la vida moniqueísta.
Todo comenzó cuando Mónica llegó en un artefacto en movimiento con ruedas (yo no lo sabía en el momento, era muy joven pero luego aprendí que es un coche), se puso a hablar con el señor que nos había llevado a mi y a todos mis hermanitos. Algo le habría dicho para que el tipo nos depositara a todos dentro de su coche, estábamos todos ahí encimados, luchando por llamar su atención y de alguna forma logré salir por encima de todos, encimándome en Roberto y en Carmen (dos de mis hermanos... pobres, ¿qué habrá sido de ellos?) y subí hasta las piernas de Mónica, se enamoró de mi, lo supe automáticamente. La técnica de sobresalir nunca falla, los humanos creen que los estás escogiendo tú a ellos cuando en realidad lo que quieres es que te saquen de esa vida de mierda que llevas con los vendedores cabrones esos.
Pues, funcionó, Mónica pagó mi rescate y me fui con ella a su casa. Los primero días fueron estresantes, ¡uuufff! tuve que conocer a tanta gente, hacerme el dormido en sus piernas, jugar con las tonterías que me ponían, hace gracias, claro todo para que me quisieran y no me dejaran botado.
La ingenua de Mónica, la primera noche, me metió en una canasta con un reloj de pared envuelto en tela y un muñeco, que para que yo no sintiera la falta de mi madre.... A esa yo ya la había perdido mucho tiempo atrás, en fin, me di cuenta que Mónica tenía buena fe así que no quería desilusionarla y me dormí. Hasta cuenta con orgullos la técnica del reloj: "Es para simular el corazón de su mamá y que no se sienta solo."
Luego llegó el momento de elegir nombre, bueeeeenooooo, entre ella y otros miembros de su familia hicieron una lista, ¡una lista!, ¿lo pueden creer? Elijan un nombre y ya está. "¡Xavieeeeeeer, me llamo Xavieeeeeeeer!" les gritaba, pero nada, de repente alguien dijo: Xavi... ¿Xavi? Dije Xavier, ¡demonios! Bueno, Xavi no está mal, es lo más cercano.

Pero por supuesto que cada quien me dice como se le antoja, cuando Mónica se pone autoritaria me dice Xavier, ahora sí... más pendeja... y agárrense, una vez me estaba jode y jode y jode y la mordí y para regañarme me dijo: ¡no Jaime!... ¿whaaaaaaaaaat, quién chingados es Jaime? Por eso tengo problemas de perronalidad, a veces cuando Mónica está muy cariñosa conmigo me dice bebé peludo, dios de mi vidaaaaaa, ¿a quién se le ocurre? es un golpe al orgullo. El nombre que me gusta es el que me dice la mamá de Mónica "Xavi Potter" como el mago de las películas, me encanta.

Pues como les decía yo era encantador al principio, tenía que caerles bien y ganarme su cariño y confianza. Lo hice, a la perfección, todos se enamoraron de mi, por eso cuando cumplí un año me volví un cabrón. No puedo soportar que la gente me vea chiquito y por eso tengan que venir a manosearme, ¡no lo soporto! Así que se me agrió el carácter para mantener a los empalagosos lejos. ¿Me quieres tocar? grrrrrrrr ¿Me quieres acariciar? grrrrrrr. Si después de unos cuantos gruñidos no has entendido, grito con mordida (leve, nada de sangre, me da asco). La gente ha aprendido que soy mejor de lejitos.

Ahora bien, tengo un problema grave con los humanos miniatura, ¡NO LOS SOPORTO! Me ponen los pelos de punta, no lo puedo evitar, caminan sin equilibrio, sus movimientos no tienen armonía, sacan las manos para lo que sea, es como si me pidieran a gritos que les meta mordidas. ¡Me persiguen! ¿Pero qué pasa con estos? Los niños... Aaaajjjj.

Mónica trata de educarme, de tranquilizarme, me dice constantemente sus afirmaciones: "Xavi, eres bueno, eres el perro más bueno, eres obediente, te portas bien, eres muy amigable y amoroso, quieres a a los niños y juegas con ellos". Bueeeeenoooooo, ya nomás le hago caso para que me deje en paz, la pobre.

Yo sólo quiero dormir, coger con mi cobija de colores y que me dejen en paz.

La verdad es que soy feliz en donde estoy. Me tratan bien, me dan de comer, me puedo dormir donde se me hinchen (bueno, ya no porque un día desaparecieron, los he buscado pero no los encuentro, los extraño, espero que vuelvan). También me llevan de vacaciones a todos lados. me divierto, esos sí.

Bueno... Mmmmmm... Pues me voy a echarla. Hasta pronto. Uno de estos días me vuelvo a sentar a escribir.


1 comentario:

  1. Buenísimo Xavi, me encantó tu posteo!!! Me gustaría que algún día hables de mí, quiero saber cómo te caigo. Te mando una palmadita en la cabecita, espero verte pronto! Quiero saber cómo te fue en Formentera, cómo viajas cabrón eh! Ah, también tengo una foto por ahí donde estamos juntos vestidos igual, te la puedo mandar para cuando hables de mí? Bueno, otra palmadita en la cabecita, pero no me gruñas que es con onda! Tu amigo Andrés.

    ResponderEliminar